El Mindfulness o Atención Plena es una herramienta de observación, toma de conciencia, comprensión y transformación. Durante su práctica, ponemos de forma voluntaria la atención al momento presente. Dirigimos nuestra mente y nuestros sentidos a eso que estamos haciendo. La intención por sí sola, ya supone un cambio en la experiencia. Pasamos la mayor parte de nuestro tiempo haciendo cosas “con el piloto automático puesto”. Esto hace que nos aburramos y perdamos interés. A la larga, nos baja el estado del ánimo, nos irritamos y cometemos más errores. Esto también afecta a nuestra vida emocional, donde es frecuente que reaccionemos una y otra vez de la misma manera (conflictos, enfados, llantos, bloqueos, etc.). Por lo general pasamos mucho tiempo rebuscando en el pasado, o nos vamos al futuro dando por hecho que lo que vamos a hacer acabará de una determinada manera. Es decir, pasamos más tiempo en el pasado y/o en el futuro que en el presente, y, en realidad, ¡el presente es lo único que tenemos!

El entrenamiento regular en Mindfulness, contribuye a que nos sintamos más centradas/os y en calma. De esta manera es más fácil el autodescubrimiento y el cambio. Modificar la actitud para centrarnos en el aquí y ahora, nos facilita que seamos más conscientes de lo que nos ocurre tanto de forma interna como externa. Nos proporciona nuevos datos sobre: cómo nos relacionamos con las/os demás, con lo que nos pasa y con nosotras/os mismas/os. Pasamos de contestar con reacciones automáticas, a proporcionar respuestas tranquilas y meditadas. Esto lo conseguimos a través del reconocimiento de nuestras emociones, pero sin dejarnos atrapar por ellas. Con el tiempo, cambia la percepción sobre quienes somos, lo que nos pasa y cómo son las/os demás. Son numerosos los estudios que demuestran la eficacia de la práctica en Mindfullnes entre ellos:

  • Reduce la ansiedad.
  • Contribuye a tener logros.
  • Alivia el bajo estado de ánimo.
  • Aumenta el autoconocimiento.
  • Disminuye el nivel de dolor.
  • Rompe con hábitos tóxicos.
  • Mejora el autocontrol.
  • Mejora la gestión emocional.
  • Incita al sueño.
  • Crece la resistencia ante la adversidad.
  • Mejora el funcionamiento mental.
  • Facilita la comunicación.
  • Facilita la toma de decisiones.
  • Amplifica el disfrute del ocio.
  • Aumenta la autoestima.
  • Despliega todo potencial.

Nuestra naturaleza muestra dos tendencias opuestas, una hacia el crecimiento, la evolución y el avance, y otra que procura mantenernos en equilibrio. Vivimos durante largas etapas habituadas/os a un estilo de vida y nos acomodamos a él, sin embargo, algunas veces, intuimos que necesitamos hacer cambios y no nos atrevemos por miedo, conformismo o desconocimiento. Lo cierto es que el final de cada uno de estos dos caminos nos conduce a lugares muy distintos, la autodestrucción o el crecimiento personal. Por supuesto que ante semejante desafío se nos despertarán muchas cuestiones ¡Nadie dijo que fuera a ser fácil!, pero con un poco de ayuda y con Mindfulness puede que nos cueste un poco menos romper con hábitos ineficaces.